martes, 8 de diciembre de 2009

martes, 24 de noviembre de 2009

Llamamiento de la Asamblea Local de Izquierda Unida para la Refundación de la Izquierda en Dos Hermanas

La Izquierda ha sido una esperanza para millones de personas durante décadas. Fue una garantía, y lo sigue siendo, de que otro mundo es posible. Pero la Izquierda viene sufriendo una prolongada erosión que no sólo se refleja en su retroceso electoral. La ciudadanía no participa en las decisiones importantes y el tejido asociativo es cada vez más débil.

Los errores políticos han sido numerosos y no queremos ignorarlos. Pero el neoliberalismo no sólo ha creado una enorme precariedad laboral y destrucción ambiental, no sólo ha alargado el tiempo de trabajo a costa del tiempo reservado a todo lo demás. Además, ha mantenido la división sexual del trabajo obligando a las mujeres a sobrevivir a base de jornadas dobles y triples. Además, ha segmentado a la inmensa mayoría de la ciudadanía, y muy especialmente a las trabajadoras y los trabajadores, fomentado la competencia entre nosotros y nosotras, atomizándonos, transmitiéndonos la sensación, de que somos los únicos y las únicas responsables de los males que aquejan al mundo. De que no hay alternativa al actual orden de cosas.

Pero el neoliberalismo ha entrado en crisis. No ha muerto y hay intentos serios de recomponerlo. Pero sus recetas económicas, su influencia ideológica y su modelo de civilización están a la defensiva.

Esto abre nuevas oportunidades para aquellas y aquellos que creemos en una convivencia más justa y solidaria, en un modelo económico acorde con las necesidades de las personas y del medio ambiente, en la posibilidad y en la necesidad de una sociedad distinta. En algunos países esta situación está produciendo convergencias esperanzadoras entre todas las familias y sensibilidades de la Izquierda, en América Latina está abriendo un nuevo ciclo histórico.

Son procesos complejos en los que se tienen que abordar los desencuentros del pasado, los enfrentamientos entre el reformismo y el anticapitalismo más explícito, entre la cultura de la intervención directa y las formas más institucionales de participación política. Pero son procesos que despiertan esperanzas de un mundo mejor entre sectores amplios de la población.

Ha llegado la hora de poner en marcha este proceso en nuestro país, en Andalucía, en Dos Hermanas. A pesar de la fragmentación de la Izquierda, del desencanto y de la desmovilización social, el potencial democrático de nuestra sociedad sigue siendo enorme. Debajo de la cáscara institucional y de la cultura política oficial, de la corrupción y la manipulación informativa, existen amplios espacios en los que la solidaridad, los valores de justicia social, de igualdad de género, de honestidad y transparencia siguen siendo innegociables. Muchas personas que pueblan estos espacios realmente creen que es necesario construir un orden social y económico más justo, una civilización más pacífica y cooperativa en el planeta, un sistema de trabajo que dignifique a las personas y no que las destruya. Creen que el colapso ambiental se tiene que abordar de una forma distinta a la que dictan las leyes del interés y de la rentabilidad privadas, que es posible construir una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres. En ellos y en ellas late la convicción de que es necesario crear una sociedad distinta a la capitalista.

El momento es propicio para dar un paso así. El modelo económico y productivo español inaugurado hace varias décadas ha tocado fondo. El paro va a aumentar por tercera vez hasta rozar el 20% de la población activa a pesar de las sucesivas reformas laborales. Es un modelo productivo incompatible con los objetivos que se ha marcado la humanidad para afrontar el cambio climático, con cualquier forma avanzada de justicia social, con la dignificación del trabajo y la eliminación de la dominación del hombre sobre la mujer. Su cultura política, fuertemente bipartidista, alimenta la corrupción y el cohecho. Su modelo económico, basado en la renta financiera e inmobiliaria, nutre el poder de la banca frente al resto de la sociedad, fomenta la cultura del dinero fácil frente al trabajo productivo, la especulación frente al esfuerzo reconocido.

Nos corresponde iniciar un proceso amplio y capital que permita darle a este deseo y a esta necesidad de cambio una expresión política, cultural y organizativa. La Asamblea Local de Izquierda Unida – Dos Hermanas hacemos este Llamamiento y nos comprometemos a trabajar para que todas las personas, organizaciones y grupos activos que nos reclamamos de la Izquierda empecemos a converger en un espacio común de deliberación y aprendizaje colectivo. Nos comprometemos a reunirnos a nivel de barrio, de centro de trabajo, de ciudad, a participar en los procesos comarcales, andaluces y también a nivel de todo el Estado. Nos comprometemos a formar foros y mesas locales, foros temáticos y sectoriales para la refundación de la Izquierda, espacios en los que pretendemos ponernos de acuerdo sobre cómo abordar los grandes y los pequeños problemas que nos afectan, para intentar solucionarlos e ir definiendo un nuevo proyecto político de tipo federal, republicano, feminista y socialista. Estos espacios tienen que ser plurales, pero tienen que comprometerse con un proyecto solidario en todo el Estado, ser algo más que la suma de organizaciones, de núcleos e iniciativas ya existentes. Tienen que aunar y aprovechar los esfuerzos del pasado, pero también tienen que fomentar las iniciativas innovadoras.

Nuestro objetivo es crear espacios de participación ciudadana dentro y fuera del trabajo, núcleos de poder organizado para que las personas puedan trasladar directamente sus necesidades a las instituciones, a los medios de comunicación, a los centros del poder político. Nuestro objetivo es mostrarle a los nazarenos y nazarenas, y a toda la sociedad en su conjunto, que es posible y que es más efectivo abordar los problemas de forma cooperativa, que no es necesario hacerlo compitiendo y atomizándonos. Nuestro objetivo es que la ciudadanía le arranque espacios a los intereses corruptos y endogámicos, a la lógica insaciable del capital, a los intereses de las empresas multinacionales. Nuestro objetivo es superar las distintas jerarquías que aquejan hoy a la sociedad, incluidas las jerarquías de género sobre las que se sustenta todo tipo de violencia contra las mujeres.

Nos proponemos hacerlo utilizando medios democráticos, denunciando y elaborando soluciones alternativas, creando una nueva cultura republicana en la que lo de todos y lo de todas esté por encima de los intereses excluyentes. Queremos que la ciudadanía participe activamente en este proceso abriendo la perspectiva de una sociedad distinta, más justa y sostenible para nosotras y nosotros así como también para nuestros hijos e hijas, una sociedad en la que realmente se cumplan y hagan cumplir los derechos humanos, incluidos los derechos sociales, para todas y todos los habitantes del planeta. Nuestro objetivo, en definitiva, es que nuestra generación vaya construyendo una sociedad mucho más justa, solidaria y sostenible, una sociedad socialista para el siglo XXI.

Dos Hermanas, noviembre de 2009

lunes, 23 de noviembre de 2009

La Izquierda posible

Dijo el entrenador Menotti que "El jugador de fútbol debe entender esto, que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega. Es lo que debe preguntarse y responderse”.
La mayoría de la gente que piensa más o menos como yo no se siente representada por gente como yo. Fue lo que oí de uno de los chicos que estuvieron en una reunión a la que asistí hace más de un año: son legión las personas que, con toda la razón, se preguntan aquello de "y los políticos ¿qué han hecho por mí?".

Pero eso no impide que, sin vislumbrar ninguna emancipación social inminente, sea imprescindible una formación política transformadora que apunte más allá de la participación en las urnas o de la labor institucional. Ese espacio, llamémosle Izquierda, está en la calle y vive una realidad a la que, hasta ahora, nadie ha dado la respuesta necesaria, o no ha sabido darla en condiciones creíbles.

Estando así el patio, es urgente germinar algo nuevo, fresco, distinto y, lo que es más importante, con pretensiones de utilidad hacia afuera. Es urgente, e imprescindible si queremos cambiar la sociedad, reiniciar el camino de una izquierda hasta ahora dividida, atomizada, desestructurada, que sólo sonríe en el sol de sus logotipos, para dar la bienvenida a una izquierda que se confabule en la opinión y en el actuar distinto, en el dar ejemplo, capaz de generar ilusión ciudadana, que proponga y se enfrente a los retos sociales y a las contradicciones sin necesidad de antipatías ni malos humos, que piense en el mundo pero también en lo que pasa a la vuelta de la esquina.

Alguien tenía que dar el paso y en Izquierda Unida estamos dispuestos a darlo. De hecho, lo hemos dado ya, y la apuesta se llama Refundación de la Izquierda. En todo el país. En Dos Hermanas.

Refundar la Izquierda, si, buscando el mestizaje de colores: rojo, verde, violeta, blanco; sin supeditar un color a otro, llevándolos todos en la misma paleta. Creyendo en todos los derechos humanos para todas las personas, sin excepciones, en cualquier país, en cualquier ámbito de la vida. Proclamando la libertad, no los miedos; la igualdad, no la supremacía; la fraternidad, no los liderazgos. Llamando y no esperando a que nos llamen.

Refundar la Izquierda no es que creas en la política, sino que seas parte de ella, aunque no milites, aunque no tengas carnet. No es pedirte pureza de sangre, ni código de barras, sino que tengas algo que decir y ganas de hacer. No es sólo refundar IU, pero también. Es tener generosidad, es no actuar con prepotencia; es no decir ven, sino vamos. No es una encerrona ni una estrategia, sino una puerta abierta y un espacio sin complejos.

Refundar la Izquierda no es conformar una plataforma electoral, sino crear una alternativa donde el fin no sean las próximas elecciones, sino el futuro de nuestra sociedad. Es pedir y dar, no exigir y conspirar.

En Dos Hermanas, la idea es lograr que toda la Izquierda tenga una referencia común. Es, también, arriesgarse a cometer nuevos errores, sin miedo a equivocarse, a caerse y a volver a levantarse. Porque sólo con los errores que no se cometen se puede perder todo y sólo de los cometidos se puede aprender.

Hace falta, en definitiva, una Izquierda posible y con ánimo decidido de jugar en equipo, saber para qué juega y para quién. Se trata de darnos una oportunidad, tal vez la última.

¿Suena utópico? ¿Inocente? ¿Y? ¿No lo intentamos? Sólo hay dos opciones: sí o no. No creo que se deba renunciar de antemano. Hay tiempo y, además, el guión está entero por escribir. No hay otro papel pautado que la necesidad de cambiar las cosas, sin renunciar a nada, salvo a las ideas.

Por tanto, si te sientes identificado/a, si tienes ilusión por este nuevo proyecto, es el momento en que dejemos de mirarnos y de mirar para otro lado: sólo falta que nos encontremos. Es sólo cuestión de empezar. Ya estamos tardando.

Manolo Lay, coordinador local de Izquierda Unida