lunes, 23 de noviembre de 2009

La Izquierda posible

Dijo el entrenador Menotti que "El jugador de fútbol debe entender esto, que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega. Es lo que debe preguntarse y responderse”.
La mayoría de la gente que piensa más o menos como yo no se siente representada por gente como yo. Fue lo que oí de uno de los chicos que estuvieron en una reunión a la que asistí hace más de un año: son legión las personas que, con toda la razón, se preguntan aquello de "y los políticos ¿qué han hecho por mí?".

Pero eso no impide que, sin vislumbrar ninguna emancipación social inminente, sea imprescindible una formación política transformadora que apunte más allá de la participación en las urnas o de la labor institucional. Ese espacio, llamémosle Izquierda, está en la calle y vive una realidad a la que, hasta ahora, nadie ha dado la respuesta necesaria, o no ha sabido darla en condiciones creíbles.

Estando así el patio, es urgente germinar algo nuevo, fresco, distinto y, lo que es más importante, con pretensiones de utilidad hacia afuera. Es urgente, e imprescindible si queremos cambiar la sociedad, reiniciar el camino de una izquierda hasta ahora dividida, atomizada, desestructurada, que sólo sonríe en el sol de sus logotipos, para dar la bienvenida a una izquierda que se confabule en la opinión y en el actuar distinto, en el dar ejemplo, capaz de generar ilusión ciudadana, que proponga y se enfrente a los retos sociales y a las contradicciones sin necesidad de antipatías ni malos humos, que piense en el mundo pero también en lo que pasa a la vuelta de la esquina.

Alguien tenía que dar el paso y en Izquierda Unida estamos dispuestos a darlo. De hecho, lo hemos dado ya, y la apuesta se llama Refundación de la Izquierda. En todo el país. En Dos Hermanas.

Refundar la Izquierda, si, buscando el mestizaje de colores: rojo, verde, violeta, blanco; sin supeditar un color a otro, llevándolos todos en la misma paleta. Creyendo en todos los derechos humanos para todas las personas, sin excepciones, en cualquier país, en cualquier ámbito de la vida. Proclamando la libertad, no los miedos; la igualdad, no la supremacía; la fraternidad, no los liderazgos. Llamando y no esperando a que nos llamen.

Refundar la Izquierda no es que creas en la política, sino que seas parte de ella, aunque no milites, aunque no tengas carnet. No es pedirte pureza de sangre, ni código de barras, sino que tengas algo que decir y ganas de hacer. No es sólo refundar IU, pero también. Es tener generosidad, es no actuar con prepotencia; es no decir ven, sino vamos. No es una encerrona ni una estrategia, sino una puerta abierta y un espacio sin complejos.

Refundar la Izquierda no es conformar una plataforma electoral, sino crear una alternativa donde el fin no sean las próximas elecciones, sino el futuro de nuestra sociedad. Es pedir y dar, no exigir y conspirar.

En Dos Hermanas, la idea es lograr que toda la Izquierda tenga una referencia común. Es, también, arriesgarse a cometer nuevos errores, sin miedo a equivocarse, a caerse y a volver a levantarse. Porque sólo con los errores que no se cometen se puede perder todo y sólo de los cometidos se puede aprender.

Hace falta, en definitiva, una Izquierda posible y con ánimo decidido de jugar en equipo, saber para qué juega y para quién. Se trata de darnos una oportunidad, tal vez la última.

¿Suena utópico? ¿Inocente? ¿Y? ¿No lo intentamos? Sólo hay dos opciones: sí o no. No creo que se deba renunciar de antemano. Hay tiempo y, además, el guión está entero por escribir. No hay otro papel pautado que la necesidad de cambiar las cosas, sin renunciar a nada, salvo a las ideas.

Por tanto, si te sientes identificado/a, si tienes ilusión por este nuevo proyecto, es el momento en que dejemos de mirarnos y de mirar para otro lado: sólo falta que nos encontremos. Es sólo cuestión de empezar. Ya estamos tardando.

Manolo Lay, coordinador local de Izquierda Unida

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